Unos minutos de improvisación, locura, ruido, risas, surrealismo y agitación. No apta para todos los oídos. El último sonido que se oye es un llavero con forma de Homer Simpson que tenía Jose Miguel, nuestro baterista de aquella época y gran amigo.
Auténtico. ¿Hace falta algo más? Pues también lo tienen. Un grupo que me ha devuelto la fe en la música. Espero que no saquen disco el mismo año que nosotros, porque el suyo va a ser perfecto. Noise Box